martes, 17 de mayo de 2016

EL ADULTERIO

El adulterio se define como la relación carnal entre una persona casada y otra no casada, o entre una persona casada y el cónyuge de otra persona; es la relación sentimental que una persona mantendrá con otra, es decir un tercero, aún y a pesar que uno o ambos ya se encuentran casados y son parte de una realidad familiar.
Etimológicamente la palabra adulterio proviene del latín “adulterium”, vocablo integrado por “ad” que denota aproximación, y por “alter” que significa “otro” que su vez proviene de “adulterare” que puede traducirse como contaminar algo, corromperlo o cambiarle su esencia; Es por ello que el adulterio se configura cuando la persona que lo comete está casada, y se concreta el delito cuando mantiene una unión sexual con otra persona distinta de su cónyuge.
Dentro de la religión católica en cambio el adulterio es considerado como un pecado el mismo que se comete cuando un hombre y una mujer, de los cuales, al menos uno está casado, establecen una relación sexual, aunque sea ocasional; puesto que adulterio es ya una falta grave desde el momento mismo en que se desee deliberadamente.
Ya existe adulterio cuando hay infidelidad de corazón: cuando se pone a alguien por encima del propio consorte. Tal es el sentido de las palabras de Nuestro Señor: Quien mira a una mujer con deseos deshonestos, ya ha cometido adulterio en su corazón.

Las causas más relevantes en la actualidad para que se cometa adulterio son las siguientes:
La Inconformidad, cuando alguno de los miembros del matrimonio se siente inconforme y no sabe expresarlo, eso puede conducir a un enfriamiento paulatino de la relación que abre la posibilidad de que otra persona intervenga y comience a suplir esa necesidad.
La rutina, es una actitud de desgano que ignora la necesidad de mantener viva la relación con acciones pro-activas para el matrimonio. Es lamentablemente muy fácil caer en la rutina por causa del excesivo trabajo, de las múltiples obligaciones y el no saber cómo organizar bien el tiempo.
La intolerancia, es una actitud que definitivamente va destruyendo una relación. Cuando uno de los cónyuges mantiene una actitud intolerante de manera muy frecuente, va minando las energías de su pareja y esta generalmente opta por quedarse callado y se separa emocionalmente.
El egoísmo y el orgullo, son también actitudes que lesionan fuertemente las relaciones. Si uno de los miembros o los dos, tienden a pensar más en sus necesidades y gustos sin tomar en cuenta las del cónyuge. Estas actitudes generan discusiones y frecuentemente ofensas mutuas que lastiman mucho las relaciones.

Como hemos visto el adulterio es una de las causas más relevantes para dar por terminado un matrimonio el mismo que destruye la confianza entre las dos personas, deshaciendo el vínculo del matrimonio siendo también una ofensa a Dios que bendijo ese vínculo sacramental; así como también social y culturalmente daña al matrimonio como institución y a los familiares de los involucrados, provocando que existan disputas entre los familiares dañando considerablemente a los hijos de este matrimonio tanto social como psicológicamente ocasionando en ellos un daño irreparable causando la ruptura total y definitiva de los hijos con sus padres.


En conclusión el adulterio es la debilidad espiritual de las personas que hace que no tengan la fuerza de voluntad necesaria para evitar las tentaciones del adulterio y se dejan llevar por la emoción del buen trato y la amabilidad de otra persona, al punto que piensan que con esa persona sí podrían llevarse mucho mejor que con su pareja pero realidad en la mayoría de los casos no sucede eso pero en transcurso de esta etapa se destruyen una o varias familias pues tenemos que recordar que una aventura amorosa extramatrimonial puede hundir la felicidad de la familia, que no podrá recuperar el cariño de antes. 

Fuentes de Investigación

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