domingo, 1 de mayo de 2016

LA CONCIENCIA MORAL NECESARIA PARA CONTRAER MATRIMONIO ECLESIÁSTICO

La conciencia moral muestra la rectitud ética del ser humano que a través del juicio racional es capaz de discernir aquella acción buena de aquella que no lo es, por lo que esta conciencia queda determinada por normas de actuación, leyes generales y universales que ayudan al individuo a interiorizar el concepto de deber moral, poniendo como criterio principal de la conciencia moral la justicia ya que el ser humano tiene la capacidad de reflexionar sobre sus propias acciones con el objetivo de poder valorar posibles errores.
En la formación de la conciencia, la Palabra de Dios es la luz de nuestro caminar y más aún al formar una familia; es preciso que la asimilemos en la fe y la oración, y la pongamos en práctica puesto que es importante también que examinemos nuestra conciencia de manera habitual atendiendo a la cruz del Señor pues estamos asistidos por los dones del Espíritu Santo, ayudados por el testimonio o los consejos de otros y guiados por la enseñanza de nuestra Iglesia.
Con lo expuesto es importante destacar que la educación de la conciencia es una tarea de toda la vida ya que una educación prudente enseña la virtud; preserva o sana del miedo, del egoísmo y del orgullo, de los insanos sentimientos de culpabilidad y de los movimientos de complacencia, nacidos de la debilidad y de las faltas humanas que pueden llegar a producirse a lo largo de la vida matrimonial por dificultades de convivencia que lleguen a surgir a lo largo del diario convivir juntos.
Por lo expuesto la conciencia moral debe seguir tres reglas principales que benefician el desarrollo y buena aplicación de la educación de esta conciencia y son las siguientes:
1) Nunca está permitido hacer el mal para obtener un bien.
2) Regla de oro: «Todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos» (Mt 7, 12).
3) La caridad, el respeto del prójimo y de su conciencia, aunque esto no significa aceptar como bueno lo que objetivamente es malo.
Así al aplicar de manera veraz y correcta estas normas podremos formar diariamente una conciencia recta que formula sus juicios según la razón, conforme al bien verdadero querido por la sabiduría del Creador.

En conclusión la conciencia moral es un juicio de la razón por el que la persona reconoce la cualidad moral de un acto concreto que piensa hacer, está haciendo o ha hecho pues en todo lo que dice y hace la persona está obligada a seguir fielmente lo que sabe que es justo y recto garantizando de esta forma la libertad y la paz del corazón, permitiendo formar una familia llena de amor y respeto del uno por el otro, para de esta manera educar y formar a los hijos con las enseñanzas de la Iglesia.

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